Barcelona és la gent

Es de sobras conocido que Shakespeare sigue siendo un gran inspirador de la cultura de nuestros días. Pasqual Maragall no perdía ocasión de reforzar con alguna cita suya muchos de sus discursos. Cuando, año tras año, presentaba los buenos resultados de la campaña Barcelona, posa’t guapa, no solía faltar una referencia a la clara respuesta de los ciudadanos de las calles de Roma a la pregunta What is the city but the people? The people are the city. (1)

La ciudad es la gente deja muy claro quién es el último responsable de hacer las cosas. En materia de conservación del paisaje urbano, un ayuntamiento puede y debe proponer, dirigir, facilitar, ayudar o coordinar, pero al final no hay buenos resultados sin el protagonismo decisivo de los ciudadanos.

De cara a las próximas elecciones municipales de 2023 nos encantaría que apareciese en escena una opción electoral que, en lugar de basar sus argumentaciones en lo mal que los otros han hecho las cosas, mirase adelante y fuera capaz de formular propuestas de consenso a las que fuese difícil oponerse por parte de otras opciones. Objetivos de coincidencia, dirigidos a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos mediante el mejor uso del bien colectivo que es el paisaje urbano. Y todo ello en busca de recuperar la complicidad que tan buen resultado le dio a la Barcelona de Pasqual Maragall.

Es evidente que la cooperación entre lo público y lo privado amplia el campo de lo que se puede hacer, y la participación ciudadana convierte lo logrado en un motivo de orgullo de ciudad, reforzando el sentido de pertenencia. Nadie puede discutir que en el uso y el mantenimiento del paisaje urbano la gente juega un papel insustituible. En esto no hacen falta grandes discursos, basta con el liderazgo, una buena gestión del uso del paisaje urbano, y un cuidadoso branding de ciudad.

Nos preguntamos si alguien estaría dispuesto a apostar por el rescate del Instituto Municipal del Paisaje Urbano y la Calidad de vida de su actual secuestro burocrático, bajo el yugo del área de urbanismo. Resultaría clave recuperar su papel transversal e impulsor de acuerdos capaces de consolidar la colaboración público privada en este campo, con contrapartidas de prestigio y de imagen. Son infinidad las iniciativas que, en los campos de la sanidad, la cultura, el urbanismo, el patrimonio, la movilidad, la seguridad, la limpieza, el marketing de ciudad, la sostenibilidad, la accesibilidad o la rehabilitación, pueden ser abordados mediante smart pacts que contribuyan a la mejora de la calidad de vida ciudadana.

Con el lema «La ciudad es la gente», el 2º Congreso ICOUL (International Congress On Urban Landscape), celebrado en Barcelona el 2017, incluyó un acto de homenaje a la gente, en el que se dieron cita todos los alcaldes que habían liderado desde la primera aprobación del procedimiento de la campaña Barcelona Posa’t guapa, en 1985, este proyecto: Pasqual Maragall, Joan Clos, Jordi Hereu, Xavier Trias, i Janet Sanz en representación de Ada Colau.

Es una foto ya repetida en esta web, pero no nos cansamos de ponerla.

Ante esta interesante forma de coincidencia, no muy habitual en la política actual, nos podemos preguntar: ¿No podría ser la protección y mejora del paisaje urbano una propuesta omnipresente en todos los programas electorales? ¿No podría ser «Barcelona és la gent«, la nueva marca que nos lleve a la recuperación de la Barcelona que todos deseamos y muchos añoramos?

(1) Coriolano. Act III. Scene I

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