El 23 de abril de 1991, se inauguraban las obras de rehabilitación de la Cascada de la Ciutadella, obra de Josep Fonseré, rescatada de la ruina total por el patrocinio de REPSOL. En esta obra de restauración REPSOL invirtió más de 200 millones de pesetas, una pequeña parte de lo que se gastó en la restauración de todas las fuentes de la ciudad, incluyendo la de J.M. Jujol en la plaza de España.
El acto, en plena diada de Sant Jordi, fue un éxito e incluyó la presentación del libro Fuente a fuente de Manuel Vázquez Montalbán. Fue uno más de aquellos finales felices de los resultados de la colaboración publico privada, dentro de la campaña Barcelona, posa’t guapa.
Pero conviene valorarlo debidamente echando un vistazo a todo lo que hubo antes, y sin lo que ese buen final no hubiera sido posible.
Una campaña, aceptada y protagonizada por representantes de todos los partidos presentes en el Consejo Plenario, que en tres años consigue miles de obras de restauración de exteriores gracias a la participación ciudadana, con un conjunto de trabajadores eventuales y técnicos fruto de la colaboración ciudadana y, eso sí y es muy importante, con la colaboración decidida de todos los medios de comunicación sin excepciones.
Cuando el 15 de septiembre de 1988, encaramados a la plataforma superior de la cascada, el alcalde Pasqual Maragall firmó con el presidente de REPSOL Oscar Fanjul, en presencia de Durán Farrell, el convenio de patrocinio núm 54 de la Campaña, se culminaba una de las tantas etapas de trabajo duro e ilusionado que, con el tiempo, habrían de dar lugar a más de 2.000 convenios de colaboración. Tras cada uno de ellos había un trabajo callado tratando de dar popularidad a una marca, que amparaba los acuerdos de patrocinio.
Podemos acabar esta entrada con una frase del periodista Lluís Permanyer. “Una de les lliçons que cal extreure del treball realitzat és la col.laboració interdisdiplinaria, tan pel que fa a persones com a institucions. És bo saber unir voluntats, en lloc de practicar el sectarisme excloent”.
(*) Pasqual Maragall, que a lo largo de sus intervenciones en actos del paisaje urbano, no se cansó en repetir la frase de Shakespeare “The City is the people”, hizo también numerosas referèncias a la frase de Sófocles. “El éxito depende del esfuerzo”, que al parecer pronunció cuando las cosas no le fueron del todo bien en su cargo de heletómano de Atenas, como administrador del tesoro de la Liga de Delos.